Hijos bastardos

¿Puede haber algo más terrible que una persona religiosa prostituyendo la Torá? Piensa, analiza. El Eterno nos juzgará por nuestras palabras, pero sobre todo por nuestras acciones. ¿qué dirás cuando te muestre cómo has manipulado su Torá?

¿Estoy indignado?, ¡claro que estoy indignado! A lo largo de mi vida he observado una práctica que se repite de forma continua en algunas personas (sobre todo de origen hispano). Y esto está relacionado con el entorno familiar.

Pero antes de entrar en ello, quiero matizar algo.

¿Dónde está escrito en la Torá que una madre deba amamantar a sus hijos?

¿Dónde está escrito en la Torá que debemos asear a los bebes de forma asidua y diaria?

¿Dónde está escrito en la Torá que debes de comer y beber cada día?

Nada de esto está escrito, y no lo está por una razón sencilla: hay actos que no se ordenan porque son elementales. Son los axiomas de la vida, sin ellos morimos. El Eterno nos ordena sobre aquello que podemos descuidar, pervertir o incumplir. Pero sobre lo que no tenemos potestad, no se habla, no se pronuncia.

 ¿Podrás decir al corazón, no latas?, ¿podrás vivir sin respirar? Obviamente es imposible.

¿Puede un hijo ser rebelde a sus padres? Si, por eso legisla al respecto.

¿Puede un padre desatender las necesidades de sus hijos?: No, por eso no legisla sobre las obligaciones de los padres.

No legisla, pero para todo aquel que es temeroso del Eterno, hay pruebas más que suficientes de esa obligación.

¿Quién es el Padre por excelencia? El Eterno, claro está. ¿No está escrito en Josué 1:5 “no te dejaré ni te desampararé”?

¿No está escrito que no se podía desamparar al levita? (Deuteronomio 12:19; 14:27)

También el Eterno cuidó a Salomón (1ª Cro. 28:20)

Pero no sólo a Josué o a los levitas, tampoco desamparó a su pueblo ( Ezra 9:9), ni dejó a los pobres (Isaías 40:17). Recordemos, además, que del diezmo se destinaba para el huérfano, extranjero y las viudas también. Con esta pequeña aportación de citas podemos ver cómo el Eterno ha cuidado y cuida a su pueblo, a todos en general.

Ahora volvamos a esa práctica cruel, malvada, impía de no cuidar, ni de amparar a los hijos. ¿Cuál es el referente de padre que se tiene en el mundo?, ¿Cuál es el referente de aquellos que dicen ser judíos? ¿Es acaso el de ese hombre que tiene hijos con varias mujeres, que no se casa con ninguna y no cuida a ninguno de sus hijos? ¿Es acaso esa práctica la perpetuada en un mundo de hombres “sin Dios”?

Sí, esa es la práctica. ¡Terrible!

Lo he visto, me lo han contado muchas mujeres y hombres:

“¡hay rabino!, es que casarse es muy fácil, pero separarse en mi país es muy caro y engorroso, por eso nos juntamos y ya está”, me dicen.

No son conscientes de que con el matrimonio se da seguridad jurídica a las mujeres y a los hijos, pues de otra forma nos encontraríamos con una sociedad llena de mujeres abandonadas (es muy fácil y gratis) llenas de hijos y sin nadie que las proteja.

Y nadie las protege porque nadie se preocupa de ellas. Sé que los gobiernos se muestran garantistas con los desfavorecidos, pero los que deberían cuidar a esas mujeres y a sus hijos, son los que las dejaron embarazadas, los que los engendraron.

Tengo una mala noticia para esos crueles y despiadados. La Torá también te obliga a cuidar de tus hijos, no sólo dice que los hijos deben honrar a sus padres. Los padres deben cuidar a sus hijos, protegerles, alimentarles y socorrerles durante toda su vida.

Y si eres de esos que cuando los hijos le reclaman, porque nunca se ha preocupado de ellos, les responden prostituyendo la Torá y quitándose las responsabilidades que adquirieron al concebir la criatura; yo te digo: Adonay te demandará.

Y lo hará porque él no practica el cohecho. No ejercita la prevaricación. Lo hará porque él socorre al que sufre de la injusticia. Y lo hará porque Adonay (bendito sea su Nombre), no tiene intimidad ni afinidad con los malvados.

¡Porque eres un malvado!, ya sabes: malvado viene de maldad y esta, de mal:

1-De un modo que no se considera correcto o adecuado de acuerdo con una norma sobreentendida, o de forma total o parcialmente contraria a lo que se supone o espera que debería ser u ocurrir.

2-De manera incompleta, insatisfactoria o imperfecta.

Por último, decir que todas las legislaciones humanas protegen a los hijos y fijan las obligaciones de los padres. Si eso hacemos los hombres, era de esperar que el Eterno nos obligará de forma más contundente, ¿no crees?

Algunos juegan a ser judíos y piensan que lo exterior (ropas oscuras, sombreros, palabras) les transforman. El judío tiene una misión en el mundo, y si no empiezas por cuidar a tus hijos, ¿Cómo puedes esperar ser luz al mundo?, ¿cómo puedes hacer un mundo mejor, si no eres capaz de suplir las necesidades de tus hijos?

¡Piensa como vives!

¡No trates a tus hijos como si fueran bastardos!

¡Busca con tus hijos la relación que quieres tener con el Dío!

Mijael Sofer