parashá, judaismo, bamidbar

¡Shalom, estimados!

 

Con bastante frecuencia recibo consultas por parte de personas que proceden de un contexto religioso atiborrado de enseñanzas raras. Digo raras, pero podría decir peligrosas. No peligrosas para la salud física, aunque pueden tener implicaciones de todo tipo: sanitarias, económicas, familiares, laborales, etc.

Peligrosas porque dichas enseñanzas y maneras de vivir se basan en realidades que no existen, en mentiras adornadas de verdades a medias. En ocasiones se hace énfasis en algo insignificante y una verdad trascendente y perpetua, se ignora, se desprecia y se borra con la indiferencia.

En la porción de esta semana encontramos una verdad de esas que se han anulado.

Para muchos religiosos lo importante es él mismo y sus circunstancias: su encuentro con Dios, lo que el “Espíritu Santo” le habla, sus sueños, su nacimiento de nuevo, y un largo etcétera de individualismos a veces inexistentes.

Pero la porción de esta semana nos transmite algo muy diferente:

El Eterno manda contar a todos los varones que pudieran servir en el ejército de Israel. Hasta aquí todo es normal, pero no quiere el número, sino los nombres.

Lo importante no es el número, son las personas que formaban su ejército: nosotros no somos cosas, somos del pueblo del Eterno: somos personas comprometidas, consagradas al Eterno.

Como pueblo (familia) fuimos liberados.

Como pueblo (familia) recibimos la Torá, nuestro máximo tesoro.

Como pueblo (familia) salimos hacia nuestra tierra.

Como pueblo (familia) pecamos y fuimos castigados.

Como pueblo (familia) entremos en la Tierra.

Nunca ha habido lugar para las individualidades. No somos lo importante. Nunca somos nosotros lo importante:

Es El Eterno.

Es el pueblo Israel.

¿Por qué? Por que recibimos de Él el Tesoro.

Porque la misión es conjunta.

Cuando no te ves parte del plan del Eterno, crees que lo importante eres tú.

Para el Eterno, cada uno somos conocido por nombres y entre nosotros cada uno somos importante por nombre (por quienes somos)

Muchos no han asimilado esta enseñanza tan importante, y por esto con el paso del tiempo actúan de una forma pagana, como los goyim: se alejan de la voluntad del Eterno, después de años. ¿por qué? Porque solo les importa ellos mismos.

Estuvieron con nosotros, pero no eran parte de nosotros. Solo estaban por su propio beneficio: eso es paganismo.

El Eterno mandó:

Contar los nombres de todos los varones de 20 años para arriba

603550 varones de guerra

Los levitas, con otra misión específica, 22.000. De un mes para arriba.

Contar todo primogénito de 1 mes para arriba: Por la cuenta de los nombres: 22.273.

Todos contados por nombre.

No somos números, somos hermanos,

No somos objetos, sino sujetos importantes para el Eterno.

Miembros de una familia y de un pueblo.

 

Berajot

Rabino Mijael Sofer.