behaaloteja, parasha, judaismo.

¡Shalom, estimados!

 

El pasaje de esta semana contiene una de esas porciones especiales. Especiales por su gran contenido de enseñanza para la vida.

Enseñanza que si conseguimos interiorizarla y la ponemos por obra, será un cimiento formidablemente sólido y fiable para nuestra vida.

Hay varios ítems  destacables en la porción.

* Uno nos habla de los levitas

* Otro de la segunda celebración de Pesaj, a los 30 días de la primera cena.

* La formación del pueblo en torno al Tabernáculo.

* Y otro nos habla del gran futurible.

Lecciones de una importancia vital.

En el 10:35 y 36 nos encontramos dos versos que podíamos denominar interpolados. Es decir, en un lugar que no le corresponde en base al contexto.

Nos habla de lo que le esperaba al pueblo en la obediencia al Eterno. Si hubiera permanecido fiel a aquel que le dio la vida, a quien les suplió todas sus necesidades, a aquel que les amaba.

Este último nos habla de lo que pudo ser y no fue a causa del pecado y de la trasgresión. Por eso es tan importante tener en cuenta que nuestros actos tienen consecuencias. Que nada es banal o aséptico.

Pero hoy no voy a hablaros de este pasaje tan especial de Números 10:35, 36 (en el texto hebreo).

Quiero que meditemos en los levitas.

Hay una razón por la que los levitas son apartados para el servicio del Dío en el tabernáculo: sustituyen a los primogénitos de Israel.

Sobre ellos, sobre los primogénitos, el Dío tiene  derechos  como Redentor, desde  el  momento en  que  los primogénitos de Israel fueron rescatados de la muerte en Egipto por el sacrificio del cordero de la Pascua.

Por lo tanto, los primogénitos le pertenecen de una manera especial, no solo por razón de generación sino por razón de redención (Números 3:13). Esa pertenencia se debe expresar mediante la consagración, ya que su existencia se la deben al Dío.

Esa consagración la llevarán a cabo los primogénitos en las personas de los levitas. Esta noción es esencial, porque nos enseña que somos redimidos no para que a partir de entonces vivamos como queramos (Libertad/libertinaje), sino para que vivamos para el Dío.

Todo lo anterior puede inducir a pensar que los levitas son puestos en esa posición, aparte de su voluntad o en contra de su voluntad (de una manera arbitraria) . Pero hay un incidente en el que vemos su celo por el Dío, está recogido en Éxodo 32:26-29, a raíz del cual quedan consagrados para el servicio, al anteponer al Dío por delante de todas las cosas (cultura religiosa aprendida, sus seres queridos, presiones, pasiones, hambre).

Ese incidente marca un principio fundamental: aquellos que van a servir a Dios han de tener celo santo por sus cosas, hasta el punto de no anteponer nada ni nadie a él, de lo contrario están incapacitados para dicho servicio.

Este principio de sujeción era un pilar fundamental en el mensaje del mesías, y que él reclama en todos aquellos que quieran ser sus discípulos y por tanto siervos del Eterno.

Para la consagración de los levitas hubo una ceremonia en la que fueron ofrecidos al Dío, siendo los sustitutos de todo Israel en el ministerio del tabernáculo. En esa ceremonia pusimos las manos sobre ellos y éstos, a su vez, sobre los novillos que iban a ser ofrecidos como expiación y holocausto en su lugar.

Su servicio de dedicación plena en el Tabernáculo significaba que no tenían medios de vida como las otras tribus de Israel, por lo cual el Dío les asigna los diezmos del pueblo. A su vez los levitas diezmaban ese diezmo, destinándolo para los sacerdotes (Números 18:26-27). Una vez establecidos en Canaán, Dios manda que se les asignen ciudades donde vivir, de las cuales seis de ellas serán ciudades de refugio adonde puedan encontrar asilo los homicidas involuntarios.

Más tarde, el rey David los divide en 24 turnos de servicio, estando el resto del año en su casa y sus labores.

Su oficio consistía en estar a disposición de los sacerdotes en todo lo referente al servicio del tabernáculo, como la custodia de sus utensilios y el montaje y desmontaje del mismo. Estaban alojados alrededor del tabernáculo, según la disposición establecida en la Torá   (Números 1:53 y el orden de Números 3:23,29,35)

Del reparto de responsabilidades de sacerdotes y levitas se infiere lo siguiente:

  • Cada clan de sacerdotes y levitas conocía perfectamente cuál era su responsabilidad.
  • Había una división de tareas, lo cual evitaba la duplicidad de la mismas, con el gasto inútil de energía que ello supone y la rivalidad entre hermanos, al no haber competencia por hacer lo mismo.
  • Nada quedaba a la improvisación o a la indefinición, lo que podría haber ocasionado tardanzas, desarreglos y pérdidas de materiales.
  • Se llevaba cuenta precisa y exacta de todos los objetos del tabernáculo, de manera que hasta los más pequeños quedaban anotados (Números 4:32)

Además de toda esta información hay un dato muy interesante: ¿sabéis que significa Levi?

Leví tiene el significado de “sujetado”, el que está sujeto a Adonay. 

Sujeto al Eterno, sinónimo de Fiel, de íntegro, de siervo. De modelo a imitar por todos aquellos que sirvan al Eterno, como tipo del Mesías.

Pero no olvides nunca que los privilegios del Eterno se pierden por la desobediencia (nada queda sin su recompensa, lo que uno siembra eso recoge).

– Que podemos llegar a ser de una miseria extrema, alimentándonos únicamente de comida física (o de cualquier cosa de este mundo que llene nuestra mente y corazón), viviendo como verdaderos necios.

-Qué nuestros hechos marcan nuestro futuro. El futuro se realiza en el presente, no lo olvides nunca.

Y un dato interesante: El levita servía al Eterno durante toda su vida. De dos fases, de dos formas, pero siempre siendo útil para el Eterno.

¡No hay nada más importante en este mundo!

Seamos como los levitas, seamos un pueblo de Leviim, una Comunidad de Levitas.

 

Berajot

Rabino Mijael Sofer.