Shalom. ¿Qué tal la semana?, ¿ha sido buena?, ¿ha vivido momentos agradables?, ¿ha sido útil para su familia, comunidad, amigos? Las respuestas a estas preguntas estarán relacionadas con la percepción que tengamos de las cosas o de las situaciones vividas. Esas percepciones dependen de los sentidos.

Si ha visto algo que le ha gustado mucho y lo ha catalogado como bellísimo, es porque sus ojos le han aportado esa información.

Si ha degustado una comida suculenta, y así lo cree, es porque su gusto, le ha regalado esa sensación tan placentera.

Si ha comprado un vestido con una tela fantástica, agradable y calentita, es porque el tacto le ha facilitado esa valoración.

¿Y qué hablar de la música? El oído es nuestro aliado imprescindible.

Pero los sentidos no son perfectos. Tampoco el 6º sentido, la intuición es perfecta (es el que más falla).

Todos los sentidos nos pueden jugar una mala pasada, también en el terreno religioso o espiritual.

En una ocasión, se le recriminó a Yeshúa que sus talmidim no respetaban la tradición de los ancianos. Decían entonces y ahora, que si quebranta sus normas se contamina. Yeshúa nos dejó una enseñanza clarificadora:

La hipocresía: “Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mi” Uff, es posible ser muy religioso, pero estar lejos de la voluntad del Eterno. Lo dejó muy claro con la enseñanza de que lo que contamina al hombre no es lo que come (que va a la cloaca), sino lo que sale por la boca, pues sale del corazón (o de nuestra mente, que es lo que somos). Pero lo que derrumbó toda la estructura religiosa de ellos fue: Toda planta que no plantó mi padre celestial será arrancada o desarraigada.

Esta afirmación debería ser como los faros en la costa o como las radio balizas para los pilotos. Imprescindible para los que viajamos en el camino del Eterno. Muchos no hacen caso y acaban embarrancando sus vidas en religiones absurdas y en inventos de hombres corruptos.

Después de haber dicho esto quiero hablar de una falsa percepción:

“El señor siempre nos va a bendecir (todo va a ser maravilloso, estaremos llenos de gozo y felicidad, y bla, bla, bla)”

¡La vida no es un parque de atracciones!

¡La vida no es una fiesta de boda!

Nada de eso.

La vida está llena de dolor, de desengaños, de traiciones, de falsedades, de peligros.

¡Pero tampoco eso le engañe: Ahí está el Eterno!

Vamos a compartir de la parashá Beshalaj (Y salió), cuando Faraón dejó salir. Éxodo 13:17-22

Adonay había obrado:

  • Salían de Egipto.
  • Se terminó la esclavitud.
  • Les protegía de la guerra.
  • Adonay era fiel (Se cumplió la promesa a José).
  • Adonay les protegía de día y noche.

¡TODO ERA MARAVILLOSO!, ¿SE PODÍA PEDIR MÁS?

La respuesta es sí: Siempre queremos más, no nos conformamos con lo que el Eterno nos da.

Pero la fe que nace de esta situación es una fe infantil y egoísta. Es la fe de algunos religiosos, no es la nuestra. Al finalizar el servicio de Shajarit (el de la mañana) proclamamos:

“Bendito sea Aquel que nos da la vida. En nuestro regocijo Él es Dío; Él es Dío en nuestro sufrimiento. En la angustia y en la liberación por igual, lo bendecimos en oscuridad y en luz afirmamos nuestra fe. Por tanto, inclinamos nuestras cabezas en reverencia, delante del Eterno Dío de la vida, el Santo, bendito sea.

Y esto ha de ser una constante, una verdad irrenunciable en nuestra vida.

¿Sólo recibiremos lo bueno y no lo malo?

¿Seremos como un niño mal criado, que sólo quieren a mamá cuando le compra sus caprichos? NO.

Es cierto que el inicio de la lectura es reconfortante, pero es sólo el inicio.

Que el Eterno caminase delante de nosotros nos daba seguridad. (verso 21)

Pero….

Siempre hay peros, la vida está llena de peros, y es así por la maldad que nos rodea.

Y el “pero” en esta historia fue el faraón.

Faraón (Paró) los persiguió con todo su ejército y los hijos de Israel temieron (14:10)

La alegría se tornó en tristeza. La confianza en miedo. La seguridad en desconfianza.

“Toda su estructura mental se vino abajo”

“Moshé quiso infundirles ánimo, asegurándoles que el Eterno iba a obrar”

¡¡Recordad!! “Todo iba como la seda porque el Eterno iba delante de ellos.

Pero de repente sucede algo desconcertante: En esa huida por salvar la vida, todo cambia. La escena se produce de noche, como algunos ya sabéis. La columna de fuego deja de estar delante para guiarnos y se coloca detrás (como si estuviera alumbrando a los egipcios y dejará en la más absoluta oscuridad a los hebreos)

Y en esa oscuridad absoluta, es que deben cruzar por el lecho marino, sin luz, sin guía, sin caminos, sólo viendo la mano poderosa del Eterno en el agua.

Es fácil dejarnos llevar por las apariencias (Las falsas) y pensar que el Eterno nos ha dejado, no es así. Él siempre tiene lo mejor, lo sublime. Aunque no lo entendamos, siempre cuida de nosotros, de su pueblo, si oímos su voz y le obedecemos. No siempre es lo que parece. Nunca estamos solos. Él siempre es fiel. Pensad, que cuando más corrupción había en Israel, mando al Mashiaj. Él no se tarda, no se entretiene, no llega tarde, no juzga con mediocridad ni parcialidad.

Mantengámonos siempre expectantes, pues a veces, las apariencias engañan y solo se disipan cuando el Eterno se manifiesta como el “Todopoderoso” en nuestra vida.

¡Amén!!