Shalom amados, quiera el Eterno darnos sabiduría y que podamos aprender de su voluntad cada día.
Los judíos tenemos de casi todo:
Historias que contar a nuestros hijos y nietos. Vivencias para recordar durante nuestra vida. Fiestas que nos dio el Eterno para jamás olvidar su bondad y amor por nosotros. De casi todo: pobreza de siglos, alguna riqueza pasajera.
Pero lo que nunca se acaba, de lo que siempre tenemos son enemigos. Enemigos siempre hemos tenido y siempre tendremos mientras el mesías no regrese.
En Janucá recordamos que nos enfrentamos a los griegos, en Pesaj los egipcios querían destruirnos. Recordamos el 31 de marzo la expulsión de los reyes católicos. El 6 de junio podríamos recordar la matanza por toda España de las juderías en 1391. Pero en Teruaj y Kipur, muy por el contrario, no nos matamos con nadie. Decididamente parece que a estas fiestas les falta un enemigo.
¿Qué peor enemigo que uno mismo, la familia, o el propio judaísmo?
Tendemos a pensar, a creer, que el enemigo está fuera, acechando, en la sombra para no ser visto. Y el peor enemigo está en nosotros.
Miremos para atrás.
¿Quién fue el enemigo en el desierto?
¿Luchamos con alguien en nuestra peregrinación?
¿Alguien estuvo a punto de destruirnos como pueblo?
NO
*En el desierto, fuimos nosotros los que casi nos destruimos.
*Casi no recibe nadie la tierra por heredad.
*Fuimos acosados por los filisteos o los demás reinos, por desobedecer al Eterno.
*Fuimos llevados cautivos a Babilonia por alejarnos de la Torá.
*Regresamos cargados de miseria pagana, por no regresar a la Torá
* Lleva el templo 1950 años destruido.
1950 años destruido (se dice pronto)
Y no fue Roma la culpable, ni Siria o Babilonia.
Fuimos nosotros.
Y somos nosotros los que causamos el bien o el mal, con nuestras acciones o con nuestras omisiones.
Si conocemos y aceptamos la voluntad del Eterno y luego pisoteamos esa voluntad ¿Quién es nuestro peor enemigo? Nosotros.
Somos una Comunidad que teme al Eterno. Que analiza la historia y los actos de nuestro pueblo para elegir lo correcto.
(No nos vendemos a la tradición o ningún rabino)
Somos una Comunidad que debemos sopesar todo y más de aquellos que siempre han negado de Yeshúa y nunca han acertado con los mesías que han propuesto ellos mismos.
Pertenecemos a un linaje iniciado por Adonay, y somos el pueblo del Eterno.
Es cierto que hay muchos peligros que nos rodean, pero ninguno tan grande como el Fariseísmo que envenena a alguno, llevándolo a mentir.
Cuidado hermanos.
No olvidemos quienes somos, a quien servimos, a quien pertenecemos.
Que nuestra palabra sea siempre fiel. Pues se nos reclama ser fieles.
Amén!