Shalom Estimados:
Hay una pregunta que suele resonar en nuestro subconsciente. Nos la hacemos todos aquellos que tenemos e.p.r., es decir “estructura de pensamiento religioso”. Un joven se la hizo al Mesías, aunque de una forma un poco diferente: ¿Qué haré para heredar la vida eterna?
Pero nosotros también podemos utilizar una variante de amplia aplicación:
¿Cuál es el secreto de una vida de éxito?
Desde luego el éxito no es igual para todas las personas, ni todos definimos el éxito de la misma manera.
Algunas personas vinculan el éxito en la vida, a la formación académica. Por eso seleccionan la mejor universidad para estudiar.
Otros, recurren a familiares o amigos para que su influencia les pueda abrir las puertas de un futuro de éxito.
Otras personas nacieron en el seno de una familia adinerada, ya sabemos la cantidad de puertas que abre el dinero y las voluntades que compra.
Pero el secreto de nuestro éxito podemos hallarlo en Moshé:
“Y Moshé hizo conforme a todo lo que el Eterno le había ordenado. Así hizo”
No fue por su prudencia.
Por su conocimiento de la cultura y el idioma.
No fue por su preparación académica.
No fue por sus dotes naturales de líder.
Su éxito no dependió del dinero, su familia eran esclavos.
Los que pudieron haberle ayudado, se convirtieron en sus enemigos mortales.
Tampoco tuvo una profesión altamente remunerada y de las calificadas como tecnológicas o Startup. Era pastor en el desierto, el sudor y los parásitos eran sus compañeros de trabajo.
Fue porque Moshé obedeció al Eterno, lo que significa que él quedó en un segundo plano. Realmente, en este mundo en el que vivimos, el quedar en segundo plano no es garantía de éxito alguno.
Cuando nosotros nos dejamos gobernar por el Eterno, cuando Él manda en nuestra vida y no nuestra lógica o sabiduría, Él obra.
Es entonces, cuando Él se manifiesta en nuestra vida, y eso es nuestro gran éxito en la vida.
No hay mayor éxito en la vida, que ser fieles al Eterno.
No lo olvides.
Rav. Mijael Sofer PhD.