Shejiná (la presencia divina)

El ser humano desecha lo santo, lo bueno, lo verdadero, edifica sobre falsedades o imprecisiones.

Traduce textos de forma equivocada para sentar las bases de doctrinas: »nacer de nuevo»; »el espíritu santo nos enseña todas las cosas; »Dios nos habla»; »sentir la presencia de Dios»… estas doctrinas y muchas más se cimientan en pasajes o enseñanzas defectuosas.

El presente artículo se trata sobre » la presencia (Heb. Shejiná) de Dios».

Algunos dicen: »Aquí se siente la presencia de Dios».

Se olvidan de lo que dice la Escritura:» el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, siendo señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos» (Hch. 17:14).

No habita en iglesias católicas, ni protestantes, tampoco en una sinagoga.

En Deut 12:1-14  se recoge que:

En el lugar que el Eterno vuestro Dios esoja entre todas vuestras tribus para poner allí su nombre para su morada, ese buscaréis y allá iréis.

No habéis de hacer según todo lo que nosotros hacemos aquí en el día de hoy; cada uno lo que es recto ante sus propios ojos.

Nos encontramos con dos supuestos: 1. obedecer al Eterno. 2. Hacer lo que nos dé la gana.

La presencia de Dios (la palabra Shejiná) NO APARECE EN LA ESCRITURA.

Shekinah de Shakan: es la presencia divina que habita entre los hombres; la que reside o habita. Esta palabra aparece por primera vez en el Tárgum de Onkelos. Tárgum significa paráfrasis, verter en el lenguaje común lo que está escrito de forma complicada para entender. Es aquí donde Onkelos, el prosélito, escribe Shekiná referente a Deuteronomio 12: 4 y 5, sustituyendo morada y nombre.

¿Dónde se manifiesta la presencia del Eterno? mejor dicho: ¿Dónde está la morada del Eterno? ¿Dónde está el nombre del Eterno?

No hace falta ser un gran erudito para saber que el Eterno escogió Jerusalem.

2ª de Crónicas 2:4 » He aquí yo voy a edificar una Casa para el Nombre de Adonay (el Eterno) para consagrarla a él…

2ª de Crónicas 3:1 »Comenzó pues Salomón a edificar la Casa del Eterno en Jeruslam, en el monte Moriah, donde se había aparecido a David, su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornám Jebuseo.»

2ª de Crónicas 6:2: » y yo he construido una Casa sublime para ti, un lugar para que habites para siempre.»

2ª de Crónicas 7:1. ‘‘Cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego de los cielos y consumió holocaustos y consumió el holocausto y los sacrificios, y la Gloria del Eterno llenó la Casa.»

2ª de Crónicas 7:12-16: » El Eterno promete que su shejiná estará en ese lugar» 

Pero dentro de la Casa ¿Cuál es el lugar especial de su presencia»?

Éx. 25:22: » El Eterno hablaba a Moshé desde el propiciatorio»

Lev. 16:2: »Yo me muestro en la nube del propiciatorio»

Num. 7:89: »Elohim hablaba a Moshé, la voz se oía desde encima del propiciatorio».

Ya sabemos la tribu = Judá

La ciudad: Yerusalaim.

El lugar: monte Moriah, en la era de Ornám.

El sitio exacto: el Templo (Beith hamikdash, Casa sagrada)

Y el objeto: la tapa del arca de la Alianza.

Por razones que sólo Él conoce, sólo hay un pequeño pedazo de tierra en donde Dios elige revelar tanto de lo Divino como sea posible y elevar al hombre a la máxima cúspide de la espiritualidad humana. Cuando rezamos, tres veces al día, miramos hacia ese punto, reconociendo lo que El dijo.

¿Ha escogido el Eterno otro lugar? NO

¿Entonces qué ha pasado? 

Es lo que se conoce como la doctrina del reemplazo o la sustitución: creer que el espíritu santo revela las cosas. No se dan cuenta de que son desvaríos de la mente.

La shejiná nos habla de que el Eterno se agrada de su pueblo, su Gloria está vinculada a Guardar su Palabra.

¿Cómo es posible sentir la presencia del Eterno en un lugar donde se mancilla su Palabra, que se apostata de su voluntad? ¿Cómo el Eterno se manifiesta donde se anula el Shabat, que está destinado a glorificarle, y se conmemora otro día (domingo=Mitra, día del sol) en lugar de éste?

Esto no es consecuente con la palabra del Eterno, con lo dicho a Moshé, a Salomón, ni con la Santidad del Eterno. 

Se llama manipulación y engaño. La expresión »sentir la presencia de Dios» no aparece ni una vez en el llamado Nuevo Testamento.

Nosotros somos su pueblo, no nos dejemos engañar por embaucadores. En matero 15:1-9 recoge que:

»Las doctrinas de hombres son vanidad»

¿Quieres sentir la presencia del Eterno? No es posible.

¿Quieres llevar su reino? Enseña su voluntad. Así es lo más cerca que puedes estar de su reino, a través de su voluntad.

El reino del Eterno está donde se obedece su voluntad, donde la Ley de su reino es la forma de gobierno, no te engañes ni te engañen.

Es muy fácil sugestionarse o que te sugestionen. Pero nosotros no somos delos que sentimos, sino de los que vemos y vivimos:

Vimos la gloria del Eterno en el desierto multitud de veces.

Vimos abrirse las aguas dos veces.

Vimos las columnas de fuego y humo.

Vimos el monte ardiendo

Vimos milagros y proezas a lo largo de siglos.

Vimos al Mesías vivo, muerto y resucitado.

Somos un pueblo que vio, oyó, palpó. Nunca aparece la expresión o el mandato de sentir.

Siempre que aparece el sentimiento en las Escrituras es indicio de error, confusión y autoengaño.

Seamos fieles discípulos del Mesías y judíos de verdad.