Shalom estimados

La parashá de esta semana es Vaierá, y va desde el capítulo 18 al 22, del libro de Génesis. Una porción muy larga, si la comparamos a las últimas porciones del ciclo anual de lectura. Eso hace que muchas enseñanzas se pasen por encima, sin ver en profundidad, sin analizar de forma adecuada. Quiero comentar un contenido de altísima importancia. 

Los que siguen a esta Comunidad o ven los videos del rabino, saben que, entre los temas tratados en los videos, está la autenticidad de Yeshúa como el Mesías del Eterno. Por ello han aparecido en escena los mismos de siempre. Los que niegan que el texto de Isaías 7:14 hable de una virgen. Ignoran, a propósito, muchas cosas: los textos paralelos, la traducción de los setenta, las múltiples traducciones de los tres términos en hebreo cuadrado, etc. Pero una de sus afirmaciones es blasfema, como muchas veces hacen. 

Ellos deciden lo que puede hacer el Eterno y lo que no. Se han creído sus propios desvaríos, cuando afirman que lo que los rabinos escriben de día, el Eterno lo estudia de noche. Y por eso argumentan que es imposible que una virgen conciba sin haber mediado relación sexual.  

En el texto de hoy vemos cómo una mujer, no virgen, sino estéril y menopaúsica, queda embarazada siendo su marido un anciano con andropausia. Estos ancianos son víctimas de una herejía doctrinal: no obedecieron los dictados de los rabinos. 

Me hincha el corazón la afirmación recogida en el capítulo 28, versos 12 al 14: ¿habrá algo imposible para Elohim? 

La respuesta es tan contundente que es el apoyo de todo aquel que está sufriendo adversidades en la vida. Da esperanzas al desahuciado. Fortaleza al débil. Vigor al cansado. Es la medicina más poderosa del alma. 

Si no crees esto, es que no conoces absolutamente nada del Eterno. 

Sara, Miriam, Ana y la madre sin nombre de Sansón, saben más del Eterno, de su poder y misericordia, que miles de rabinos talmudistas. 

Sí es cierto que Elohim hay cosas que no puede hacer, una de ellas es mentir. 

Deberían aprender la lección. 

¡Shalom!

R. Mijael Sofer PhD