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Shalom estimados

La parashah se denomina Yitro o Jetró por el nombre del suegro de Moshe.

Yitro era un sacerdote de las tribus que habitaban en Arabia, él era un sacerdote pagano. No era hebreo, y Séfora, su hija, tampoco lo era (según los ortodoxos, los hijos de Moshé no eran parte de Israel, no eran judíos).

“En el fondo no dejamos de hacer y decir estupideces”, no seamos necios al pensar que el Eterno respalda nuestros errores. ¿Sabéis cuál es el origen del gran error como judíos?, pensar que, al ser el pueblo de Israel, el Eterno está a nuestro servicio (como esa madre que defiende a su hijo por encima de la verdad y la justicia).

No nos seguía la nube a nosotros, sino nosotros seguíamos a la nube, y siempre debe ser así.

Conocemos lo que pasó en ese encuentro de Yitro con su yerno inexperto: le aconseja que delegue.

La delegación es una práctica saludable. Es más, la delegación es necesaria en un pueblo, en una comunidad, en un grupo, en una kehilá.

Pero esa delegación no se puede hacer sobre cualquier persona. Tampoco debemos errar al identificar las características de los principales.

  • Yitro le demostró sabiduría a Moshé, por eso valoró su consejo.

También debemos buscar sabiduría en aquellos que deben servir en la kehilá.

  • Yitro le da las pautas:

Hombres valientes, temerosos del Eterno, veraces, aborrecedores del lucro.

Mujeres valientes, temerosas del Eterno, veraces, aborrecedoras del lucro.

Pero a donde yo quería llegar es al capítulo 19.

El capítulo 19 de Éxodo es uno de los más importantes de la Torá. Y lo es porque en él se recoge las condiciones para ser el pueblo de Adonay.

Sin esas condiciones es imposible, presta atención “IMPOSIBLE”

Muchos falsean los textos de la biblia para cimentar en ellos sus doctrinas. Pero el Eterno es claro:

Escuchar la voz del Eterno de verdad (no de mentira, no falsamente, no de forma hipócrita, no a medias, no otras palabras que no son la suya)

Guardamos el Pacto (nos habla de obediencia a la voz del Eterno, cumplir la Torá, Guardar las fiestas, deleitarnos en sus mandamientos)

Entonces seremos su pueblo

Si alguien, sea quien sea, dice que es pueblo del Eterno (1 o 10000) y no cumplen estos requisitos, jamás, escúchame: Jamás serán pueblo del Eterno.

 Pero además de esto, el Eterno hace algo importante para todos los que decimos ser Israel

“Se manifestó en medio de la nube, hablando a Moshé delante de ellos, para que creyéramos en él

El Eterno impone creer a Moshé, nos impone obedecer la Torá dada a Moshé. El Testimonio de Moshé no ha sido invalidado, sino confirmado por el Mesías cuando denuncia las prácticas de los soferim y los parusim.

“Haced lo que él os dice, pero no hagáis como ellos hacen”

  • ¿Quién es judío?: el que escucha la voz del Eterno.
  • ¿Quién es judío?: el que cree a Moshé.
  • ¿Quién es judío? el guarda la Torá.

Si ignoramos a Moshé, su enseñanza y la sustituimos por otro ser y su enseñanza por la de otros: es imposible que seamos su pueblo.

Podemos decir misa o dirigir un culto, o un servicio sinagogal, pero seremos charlatanes venenosos.

 

Jamás olvides esto (¿has nacido de nuevo/ guardas la Torá?).

 

Rab. Mijael Sofer PhD.